La historia de un niño llamado Enrique es un montaje performatico-visual-etnográfico para todo público que reconstruye la memoria ambiental del sector de la 24 de Mayo. La propuesta parte de un relato de vida de Jaime Paz y Miño quien habitó el sector en la década de los 50. Mediante la articulación de lenguajes escénicos y visuales, el montaje recorre los paisajes ambientales y culturales olvidados/silenciados por la historia hegemónica. Problematiza las formas de circulación de los resultados académicos y mediante títeres, música original, paisajes sonoros, una escenografía creada un situ, imágenes móviles, humor y fantasía, reconstruye, desde lo sensible, una parte de la ciudad, usualmente invisibilizada. El Montaje conjuga, en igualdad de condiciones, saberes científicos y artísticos para cuestionar la dicotomía arte-ciencia.