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La Fiesta Escénica de Quito 2024 expandió el arte escénico en toda la región, conoce sus resultados

La Fiesta Escénica de Quito 2024 reunió a varios públicos de la ciudad, el país y el continente, demostrando, una vez más, el poder de convocatoria que las artes escénicas provocan en el público de la región. Quito fue el punto de encuentro para el arte una vez más, con el FIEQ 2024 el público pudo conocer a su país a profundidad, además de nuevas historias fuera de sus fronteras.

En esta edición la variedad de espectáculos fue la norma, con teatro, danza, música o demás formas de expresión artística, como circo, itinerancia en espacios públicos, y mediación urbana. Además, el festival unió a públicos de todos los lugares mediante la muestra artística, dividida en escenarios, nacional e internacional, de la misma forma que lo hicieron los talleres y conversatorios, que definieron a este encuentro de todo un mes como una fiesta en que el lado académico fue protagonista. Fabiola Pazmiño, directora de producción de la Fundación Teatro Nacional Sucre, comenta que esto «ayuda a que se viabilicen canales de circulación para artistas nacionales», sumado a esto, dice que «los programadores internacionales pudieron acceder a encuentros profesionales con los artistas nacionales y descubrieron que en el Ecuador se está haciendo arte escénico de calidad y que este tiene potencial de circulación».

En esta ocasión, el festival atrajo a más de ocho mil asistentes, entre obras, días de talleres y conversatorios estos sumaron un total de 83 eventos, en espacios como: Teatro Nacional Sucre, Teatro Variedades, Teatro México, calles del Centro Histórico de Quito, Teatro Capitol, Centro Cultural Benjamín Carrión, Plaza del Teatro, Teatro Prometeo, Teatro de la Facultad de Artes de la UCE, Teatro Marcopamba y la Casa Somos La Roldós – Pisullí.

Gabriela Ponce, directora artística ejecutiva de la FTNS, escribe en el contexto del festival que «nuestro propósito fue dinamizar a través de esta fiesta el sistema escénico local: apuntalar a la circulación y la internacionalización del teatro ecuatoriano, mostrar la riqueza y diversidad de las creaciones regionales, brindar espacios para la creación, la investigación y la reflexión de los procesos escénicos».

Para Grecia Albán, artista participante en esta edición, sus expectativas se cumplieron, «me quedo con la certeza de que es un lugar muy importante para las personas que estamos produciendo, también para estudiantes y el público general. Creo que es un espacio muy nutritivo por la diversidad de obras y la apuesta a las artes escénicas contemporáneas». Del mismo modo, Albán recomienda que el festival compacte su duración para visitantes del exterior, «para poder vivenciar el festival de una manera más intensa», dice, con especial atención en su presente, que la ubica en Guayaquil como docente.

Por último, Pazmiño se refiere a esta edición como una experiencia que superó a la del año pasado y que se centró equilibradamente en la academia, «(buscamos) generar audiencias más críticas y fortalecer los perfiles de los artistas en áreas que, hemos contemplado, lo necesitaban. Otro lado fue visibilizar la necesidad de un festival en el país y que los espectadores también se vuelvan un elemento activo en la propuesta», también comparte que esta edición los acercó a universidades y estudiantes, mediante convenios y relaciones, «esto visibilizó la necesidad y el interés en este tipo de propuestas», concluye.

El afán del FIEQ 2024 logró, gracias a la asistencia del público y la muestra en cada escenario, habilitar momentos para el encuentro, el diálogo y la celebración de las comunidades artísticas locales y el público quiteño. Estas oportunidades artísticas ofrecieron reflexión y acercamiento a la diversidad de nuevas propuestas del arte, como lo fueron el teatro documental, expandido, biodrama y las teatralidades sociales.

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