Del 13 al 24 de marzo, la Fundación Teatro Nacional Sucre (FTNS) llevó a cabo el XXII Festival Internacional de Música Sacra de Quito (FIMUSAQ 2024), acontecimiento emblemático que presentó una oferta cultural y musical en espacios patrimoniales de la ciudad, como iglesias, museos, teatros y capillas.
La propuesta reunió a artistas nacionales e invitados internacionales que presentaron un total de 25 conciertos y 5 conversatorios, aumentando la cantidad de eventos, en comparación con 2023. Este año el festival concluyó con resultados concretos de un trabajo desarrollado en conjunto entre la comunidad, las instituciones culturales, los artistas, la empresa privada, cuerpos diplomáticos y el gobierno local, para construir experiencias de involucramiento, atención, promoción y compromiso, para mantener vivos los espacios y la memoria de la ciudad.
Los elencos de la FTNS fueron los protagonistas de esta edición: la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, el Coro Mixto Ciudad de Quito, la Orquesta de Instrumentos Andinos, el Ensamble de Guitarras de Quito, el Coro Infantil y Coro Juvenil y la Escuela Lírica participaron durante las dos semanas con presentaciones, estrenos mundiales y trabajos investigativos alrededor del concepto del FIMUSAQ, en diferentes espacios de la capital de los ecuatorianos.
La participación internacional contó con artistas como: Colectivo Colombia, Julian Gil, Ariel Abramovich, Jonatan Alvarado y Altiplano. Además, la representación artística nacional llevó a los escenarios a las agrupaciones seleccionadas por convocatoria pública nacional: Victoria Robalino, Concierto UIO, Zen Liminal, Elena Khan y Awak Taki.
La respuesta del público ha sido el componente fundamental para que FIMUSAQ persista a través de los años. En 2024, el festival logró atraer a más de seis mil trescientas personas. Las propuestas musicales lograron intervenir en lugares no convencionales como el Planetario, y en espacios ya instituidos como escenarios de FIMUSAQ como: Iglesia de la Compañía de Jesús, Iglesia Santa Catalina, Iglesia Cristo Rey, Iglesia Santo Domingo, Iglesia Corpus Christi, Iglesia Evangélica Luterana el Adviento, Iglesia de Santa Teresita, Capilla de Cantuña, Capilla Museo de la Ciudad, Iglesia María Auxiliadora de El Girón y Catedral Metropolitana de Quito.
Los espacios que administra la Fundación Teatro Nacional Sucre: Teatro Nacional Sucre, Teatro Variedades Ernesto Albán y Teatro México también formaron parte de este circuito escénico, que planteaba una unión de polos de la ciudad para incentivar los públicos del sur, norte, centro y los valles.
Todo este agenciamiento se reflejó en las asistencias que cada espectáculo tuvo, que in situ convocó públicos masivos a cada uno de los espacios, con largas filas de ingreso y espacios abarrotados, para disfrutar de la experiencia artística que este festival propuesto a la ciudad.
La difusión e impacto del Festival se realizó a través de diversas colaboraciones entre la Fundación Teatro Nacional Sucre, como brazo ejecutor de las políticas públicas de la Secretaría de Cultura del MDMQ, e instituciones afines como la Secretaría de Comunicación del Distrito Metropolitano de Quito, la Secretaría de Hábitat y Ordenamiento Territorial; los aliados del circuito del Centro Histórico: Andes Brewing, En Dulce, Sinners, Don Cho, Runa Tulpa Andina, La Caponata, Pizza SA, Casa del Alabado, Societá Dante Alighieri, Barroquio, La Victoria, Vernácula; los medios de comunicación aliados como Diario Expreso, El Apuntador, La Barra Espaciadora, Tinta Digital, La Noche Boca Arriba, HCJB, Radio Municipal y Radio Católica Nacional del Ecuador; y el involucramiento del sector empresarial, gracias a la cooperación y patrocinio de entidades como: Diners Club, Metro de Quito, Empresa Metropolitana EPMSA, Quiport, Quito Turismo, Fundación Museos de la Ciudad, Arquediócesis de Quito, Fundación Iglesia de la Compañía y Santa Teresita Quito.
La Fundación Teatro Nacional Sucre reconoce y agradece la participación de todos estos actores aliados: instituciones, empresas, embajadas, artistas y público, que son constructores de este ejercicio de los derechos culturales. La corresponsabilidad social de la cultura es un camino de convivencia y construcción ciudadana que debe conservarse, de cara al desarrollo de nuestra ciudad.