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Teatro Nacional Sucre: 137 años como sede de las artes escénicas en Ecuador

Este sábado, 25 de noviembre, el emblemático Teatro Nacional Sucre celebra su aniversario 137, con la obra lírica “La Boda y el Baile. De Luis Alonso”, una coproducción de la Fundación Teatro Nacional Sucre y Zarzuela Colombia. Descubre en esta noticia la historia de este espacio destinado a las artes vivas en la ciudad de Quito.

El día jueves 25 de noviembre de 1886, a las “ocho y media de la noche”, se levantó por primera vez el telón histórico de esta joya patrimonial de arquitectura neoclásica, para presentar a la ciudad de Quito la “Gran novedad artística, por el célebre pianista de París, Capitán Voyer, con el concurso de la gran orquesta dirigida por don Aparicio Córdoba”.

De este modo relataban los diarios de la época la apertura del Teatro Nacional Sucre, espacio cuya planificación y construcción empezarían al menos una década antes, por iniciativa de una sociedad de ciudadanos quiteños denominada “La Civilización”, encabezados por Marieta de Veintimilla.

Desde sus inicios, el proyecto de construcción del Teatro Nacional Sucre respondió a una necesidad de carácter nacionalista, acorde a su época, que promovía, al igual que en otras nacientes repúblicas latinoamericanas, las aspiraciones de poner en el mapa de la cultura universal a la capital del Ecuador.

Su construcción se realizó en los predios donde en tiempos coloniales funcionaron las primeras carnicerías de la ciudad. A lo largo de los años, este teatro, el primer teatro nacional del país, ha recibido diversas intervenciones y restauraciones. Las dos más importantes se realizaron entre 1948 y 1952, durante la Presidencia de Galo Plaza Lasso; y entre 1998 y 2003, a cargo del FONSAL, actualmente conocido como Instituto Metropolitano de Patrimonio.

Por su escenario ha transcurrido la memoria patrimonial de la cultura y el arte en el Ecuador. La producción de obras de teatro, danza, zarzuela, música, ópera y muchas otras actividades han sido una labor continua que ha hecho de este espacio un epicentro de la vida cultural en la ciudad. Sus paredes y espacios conservan aún la memoria de los “Cuadros Vivos” realizados durante la década de 1920, en veladas culturales de gran relevancia para Quito en las que participaban personajes que posteriormente serían trascendentales para la cultura ecuatoriana, como Benjamín Carrión o Gonzalo Escudero.

De igual modo, esta casa de las artes fue el escenario del que surgieron grandes intérpretes de la música ecuatoriana, como el reconocido dúo Benítez y Valencia o Carlota Jaramillo, durante la década de 1950. Además, esta edificación fue sede de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador desde su primer concierto debut, en el año 1956, hasta el año en que iniciaron las remodelaciones del Teatro a cargo del FONSAL, en la década de 1990.

Paco Tobar García, Sixto Salguero, Luis Humberto Salgado, Jorge Icaza, Gerardo Guevara, Segundo Luis Moreno, Sixto María Duran, Nicasio Safadi, Demetrio Aguilera Malta, César Dávila Andrade, Ernesto Albán; la lista de artistas que han puesto en escena o presentado y estrenado en esta sala sus obras constituye un repositorio de la memoria viva del arte ecuatoriano.

Por esta razón, hoy por hoy el Teatro Nacional Sucre es considerado el espacio consagratorio para las artes escénicas en Ecuador. Además, este espacio ha acogido a lo largo de trece décadas a grandes intelectuales y artistas de nivel mundial, como el artista francés Marcel Marceau, que llegó al escenario capitalino en mayo de 2004. Otros artistas de talla internacional destacados son: Domingo Brescia, Rosina Storchio, Jascha Heifetz, Andrés Segovia, Philip Glass, Charles Bradley, María Pagés, John Zorn, por nombrar algunos, quienes convirtieron los momentos irrepetibles en acontecimientos que perduran en la memoria de los quiteños.